IGLESIA EVANGÉLICA PENTECOSTAL LAS ACACIAS

DOCTRINA I

sábado, 3 de abril de 2010

III DIOSPADRE

OBJETIVOS:




1.- Ayudar a esclarecer nuestro conocimiento sobre el carácter de Dios, su persona, su obra y cómo la realiza.

2.- Estudiar los diferentes argumentos que existen en cuanto a la existencia de Dios.

3.- Investigar sobre los elementos que indican cómo es la naturaleza de Dios.

4.- Estudiar y compartir acerca de la Trinidad.

5.- Participar en la investigación sobre la obra completa de Dios como Creador.

6.- Participar e investigar sobre los planteamientos doctrinales de la Iglesia en relación a la existencia y obra de Dios.



CONTENIDOS



• La existencia de un hacedor y legislador de las cosas. El universo, testigo de la presencia de un sabio legislador que hace la obra y crea sus leyes de existencia. Reflexionando sobre las cosas grandes y pequeñas, testigos de la existencia de un Creador. Falsas concepciones de Dios. Pruebas de la existencia de Dios. La auto revelación de Dios.

• La confirmación de la existencia de Dios: según las Sagradas Escrituras, según las evidencias existentes y según los argumentos Cosmológico, Teleológico, Antropológico e Histórico.

• La naturaleza de Dios. Nombres de Dios. Atributos de Dios: definición y clasificación y enumeración de los mismos.

• La Trinidad. Conceptos e imágenes que simbolizan la Trinidad. Historia de la Trinidad.

• La obra de Dios como Creador: el mundo invisible, visible, el acto creador en sí. ¿Creación o evolución?

• Articulado de la iglesia con respecto a la existencia y obra de Dios.





Objetivo 1.- Ayudar a esclarecer nuestro conocimiento sobre el carácter de Dios, su persona, su obra y cómo la realiza.



1.1. La existencia de un hacedor y legislador de las cosas

El universo que nos rodea, testigo de la existencia de un sabio legislador

¿Podemos llegar a conocer a Dios? Al tratar de Dios, la primera pregunta que lógicamente acude a nuestra mente es ésta, porque de nada nos serviría la existencia de un Dios desconocido. A dicha pregunta puede responderse de las siguientes maneras:

• Sí, porque nuestra razón puede demostrar Su existencia.

• Sí, porque en nuestra mente hay una capacidad innata que nos hace intuir Su existencia

• Sí, pero sólo en la medida en que Él mismo se nos revela.

Vivimos en un universo, cuya inmensidad presupone un poderoso hacedor y cuya belleza, designio y orden, señala la presencia de un sabio legislador. Un ser eterno que es causa y manantial de todo lo bueno que existe.

1.2. ¿Quién hace la obra?

En el principio creó Dios los cielos y la tierra, Génesis 1.1. Como si dijera: todo comenzó a existir (lo de arriba y lo de abajo), al entrar en el tiempo, a moverse, cuando Dios sacó todos los seres a la existencia. En el sentido estricto, crear equivale a sacar de la nada. Esta frase puede ser mal entendida, como si la nada fuese una especie de materia prima de donde salen los seres. Su verdadero sentido es: sacar a la existencia algo que no preexistía ni en su forma, ni en su constitución molecular, ni en su masa atómica, simplemente”algo que no era”. Por tanto, lo que Dios realizó, fue producir el ser, la sustancia misma de las cosas. Los hombres pueden hacer cosas de una materia preexistente; sólo Dios puede crear el mismo ser. En Hebreos se nos dice que Dios lo creó todo, Hebreos 11:3. Este pasaje nos da a entender, no que las cosas que se ven hayan salido de otras (espirituales) que no se veían, sino que la Palabra de Dios hizo que saliesen a la luz cosas que antes no existían y, por tanto, no podían verse. Así que, Dios es el hacedor de todas las cosas.

1.3. ¿Quién crea sus leyes de existencia?

Así como Dios creó todas las cosas, también dispuso las leyes de conservación del mismo. Esta verdad está enseñada claramente en pasajes como Deuteronomio 32:3-12; 1 de Samuel 2:8-9; Nehemías 9:6; Salmo 107:9; Salmo 127:1; Salmo 145:14-15; Mateo 10:29-30; Hechos 17:28; Colosenses 1:17 y Hebreos 1:3. La razón doctrinal para la necesidad de tales leyes de conservación divina es muy sencilla. Como quiera que todo ser creado sea contingente, es decir, no tiene en sí mismo la razón de su existencia, sino que existe en virtud de un acto divino que le da el ser, si Dios dejase de mantenerlo en la existencia, volvería a la nada en el mismo instante.

1.4. Reflexionando sobre cosas grandes y pequeñas testigos de la presencia de un Creador

Nuestro mundo, testifica y hace reflexionar sobre la existencia de un Dios todopoderoso. Cuando vemos un cielo nocturno tachonado de estrellas, o al observar un bosque de árboles, las altas montañas y las sierras nevadas, los océanos y sus profundidades. Pero no solamente nos llenamos de asombro, detallando las cosas grandes, también las pequeñas nos dan testimonio de la existencia de ese Dios. La semilla de la Secuoya (Secoya), el gorrión pico palmero, que escasamente pesa cerca de 20 gramos y recorre 3.900 kilómetros a 6.000 metros de altura para poder huir del invierno Europeo. Los murciélagos y su sonar, las anguilas y la electricidad que producen, las gaviotas que desalan el agua salada o las avispas que hacen panales. Las abejas como acondicionadores o simplemente observando la luz de las luciérnagas en la noche, aún más, la tersura de la piel del ser que se ama. Todos estos detalles, bien sean grandes, medianos o pequeños, dan voces en lo profundo del entendimiento de la existencia segura de un ser poderoso que realizó toda la obra que observamos.

1.5. Falsas concepciones de Dios

Entre las diferentes concepciones falsas de Dios tenemos al politeísmo, el maniqueísmo, y el panteísmo. En Génesis 1.26-27, se nos dice que Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza, inteligente, dominador y recto; pero ellos buscaron muchas perversiones, Eclesiastés 7:29. Y una de las mayores fue que los hombres se hicieron sus dioses a su propia imagen y semejanza. La multitud de dioses se llama politeísmo. El maniqueísmo, fundado por Manes, un persa del siglo III, que luego marchó a la India para predicar su religión, mezcla elementos cristianos con otros de origen Iraní e Hindú (budista) y llevando, al extremo el dualismo de Marción, establece la coexistencia y lucha de dos supremos principios: Ormuz, dios del bien, de la luz y de lo espiritual, y Arriman, dios del mal, de la noche, de lo material. En cuanto al panteísmo, es una doctrina que en general, hace de Dios y del mundo una misma cosa.

1.6. Pruebas racionales de la existencia de Dios

El hombre primero, conforme salió de las manos de Dios, era una obra perfecta en su género. Por el pecado, todo el ser humano quedó deteriorado o, como dice la escritura “perdido”, no sólo por extraviarse de su lugar, sino por haberse “echado a perder”. Su albedrío fue esclavizado por el pecado, su inteligencia quedó oscurecida por el error, su amor se tornó egocéntrico. Así pues, la mente humana, a pesar de conservar suficientes destellos como para quedar “sin excusa” por no llegar a un correcto conocimiento de Dios a través de las cosas visibles que Él ha creado, permanece entenebrecida por un corazón corrompido, lo cual le impide conseguir un concepto correcto del poder y de la deidad del Supremo Hacedor.

1.7. Pruebas Escriturales de la existencia de Dios

Las Sagradas Escrituras no intentan demostrar la existencia de Dios; sencillamente la supone. La auto revelación de Dios en Su Palabra comporta obviamente la existencia del que en ella se revela. La Biblia no comienza con una exposición teórica, sino con un hecho, una actividad de Dios, Génesis 1:1. Por eso, el que estudie bien las Sagradas Escrituras, aprenderá de Dios a través del modo de conducirse respecto al hombre

1.8. La auto revelación de Dios

Como ya hemos hecho notar, Dios no es un objeto al que el hombre llega a conocer por un esfuerzo de su investigación racional, sino que es Dios el que sale al encuentro del hombre para revelársele y revelarle su plan de salvación. En todas las demás ciencias, el hombre se coloca por encima del objeto de su investigación y exprime activamente de él el fruto de sus conocimientos por el método que le parece más apropiado, mientras que en la Teología, el hombre no está por encima, sino por debajo de su objeto.



Objetivo 2.- Estudiar los diferentes argumentos que existen en cuanto a la existencia de Dios.



2.1. La confirmación de la existencia de Dios.

a) Según las Sagradas Escrituras.

b) Según las evidencias existentes.

c) Según los argumentos: Cosmológico, d) Teleológico, e) Antropológico y f) Histórico.

a) y b) En la Palabra encontramos porciones enteras a testificar de la existencia de Dios, tales como el Salmo 65 y el Salmo 66. En ambos se nos habla de Su Presencia a través de la naturaleza y a través de sus poderosas obras. No obstante, también podemos estudiar ciertas evidencias que nos hablan de su existencia y labor, entre las cuales está la propia creación, todo lo que existe, la misma naturaleza del hombre: su constitución, alma, cuerpo y espíritu, sentimientos y emociones, voluntad y mente, sentidos e intuición. Apoyando tales evidencias, encontramos a la vez, los argumentos establecidos en relación a la existencia de Dios.

c) El argumento Cosmológico, el cual se encarga de plantear las causas de lo que existe, indica que “todo lo bello y perfecto que existe en sí, tiene una causa principal, un Creador que produce belleza tanto en lo simétrico como en lo asimétrico”, Colosenses 1:16.

d) El argumento Teleológico, el cual plantea la necesidad de propósitos en cada cosa creada, nos refiere que “todo lo que existe, mantiene un diseño particular en sí mismo, con planos y medidas, e inclusive con sus propias leyes ya establecidas, para que cumpla con su propósito establecido de antemano, Isaías 48:13, Job 38:4-6; Job 39:1-18; Salmo 139:13-16; Isaías 40:12-26.

e) En cuanto al argumento Antropológico, nos establece que “el propio hombre es testimonio y evidencia como imagen y semejanza de un Creador”.

f) Y por último, el argumento Histórico plantea: “Existe la mano de un Dios en la vida del hombre, una especie de obra interventiva, que dirige y guía, cambiando la historia del ser humano, como individuos”.



Objetivo 3.- Investigar sobre los elementos que indican cómo es la naturaleza de Dios.



La naturaleza de Dios la conocemos:

3.1. A través de sus nombres: simples y compuestos

Existen dos formas de conocer parte de la naturaleza de Dios, la primera es estudiando los propios nombres encontrados en las Sagradas Escrituras que hacen referencia a Dios.

Tenemos nombres simples, o sea no van acompañados de virtudes en sí, ni de características ni de atributos. Además encontraremos nombres compuestos que son aquellos que vienen acompañados de atributos divinos. Entre los nombres simples tenemos los siguientes:

• EL, ELAH, ELOHIM, Dios creador. Génesis 1:1

• ADONAI, El Señor. Amós 1:8

• YHWH, Yo Soy el que Soy (tetragrámaton). Éxodo 3:14

En cuanto a los nombres compuestos mencionamos a continuación los siguientes:

• EL SHADDAI, Dios todopoderoso, el auto suficiente. Génesis 17:1

• EL ELYON, Dios Altísimo. Génesis 14:18-22

• EL OLAM, Dios Eterno. Salmo 90:2

• YHWH ELOHIM, Jehová tu Dios. Génesis 2:4

• ADONAI YHWH, Yo Soy el Señor. Génesis 15:2; Salmo 8:1

• YHWH TSEBAOTH, Jehová de los Ejércitos. 1 Samuel 17:45; Isaías 6:3

• YHWH JIREH, Jehová Provee. Génesis 22:13-14

• YHWH RAFAH, Jehová Sana. Éxodo 15.26

• YHWH NISSI, Jehová es mi Estandarte. Éxodo 17.8-15

• YHWH SHALOM, Jehová es mi Paz. Jueces 6.24

• YHWH RA’HA, Jehová es mi Pastor. Salmo 23:1

• YHWH TSIDKENÚ, Jehová es mi Justicia. Jeremías 23:6

• YHWH SHAMMAH, Jehová esta Presente. Ezequiel 48:35

3.2. A través de sus atributos: a) Definición

Los atributos son cada una de las cualidades o propiedades de un ser. Por atributo divino entendemos toda perfección característica de Dios, que las Sagradas Escrituras nos presentan como perteneciente al Ser divino y capaz de ser manifestada a sus criaturas. Estas perfecciones son realidades afincadas en la propia esencia de Dios, no como simple cualidades adheridas al Ser de Dios (como si fueran clavos hincados en un trozo de madera), sino como algo que, conjuntamente y sin división, constituye la plenitud del Ser de Dios.

b) Clasificación: ónticos, operativos y morales

Clasificar los atributos divinos satisfactoriamente, dentro de una determinada cuadrícula, es casi tan difícil como encontrar una definición del ser divino. Hay clasificaciones para todos los gustos: absolutos y relativos, naturales y morales, inmanentes y transitivos, quiescentes y operativos, comunicables e incomunicables. En esta oportunidad clasificaremos los atributos en relación a tres clases de perfecciones de Dios, que su Palabra nos identifica. Éstos son: qué es Dios, qué hace Dios y cómo se comporta Dios, así obtenemos lo siguiente:

• Qué es Dios (ónticos): Dios es uno, es espiritual y es infinito.

• Qué hace Dios (operativos): Dios piensa (verdad), quiere (amor) y puede (poder)

• Cómo obra Dios (morales): Con bondad, con santidad y con justicia.



3.3. Los atributos más relevantes de Dios

Entre los atributos más importantes encontrados a través de las Sagradas Escrituras tenemos:

• El ser de Dios. Éxodo 3:14

• La unidad de Dios. Deuteronomio 6:4

• Dios es inmutable. Salmo 102:25-27, Santiago 1:17

• Dios es espíritu. Juan 4:24

• Dios es inmaterial. Juan 1:18

• Dios es un ser infinito. Job 11:7-9

• Dios es inmenso. Salmo 139:7-12

• La verdad de Dios. Juan 17:3

• El amor de Dios. 1 de Juan 4:8, 16.

• El poder de Dios. Génesis 18:14

• Dios es bueno, santo (óntico y ético) y justo. Salmo 145:9; Levítico 19:2; Salmo 89:14

• Dios es personal. Romanos 3:27

• Es eterno. Deuteronomio 33:27

• Omnipotente. Génesis 17:1

• Omnipresente. Salmo 139:7

• Omnisciente. Salmo 139:4

• Es paciente. Joel 2:13

• Soberano. Job 31:28

• Es fiel. Deuteronomio 7:9

• Es trascendente. Con ello nos referimos a que Su gloria va más allá de toda realidad finita. Éxodo 24:17; 19:16

• Existe por sí mismo, no es creado. Génesis 1:1; Hebreos 3:4

• No va en contra de sus propias normas internas, sean estas decretivas, preceptivas o permisivas. Esto se debe a que sus normas están contenidas en Su Palabra que es eterna. Santiago 1:17, Malaquías 3:6; Mateo 24:35.



Objetivo 4.- Estudiar y compartir acerca de la Trinidad



4.1. La Trinidad, concepto y definición. Conceptos e imágenes que simbolizan la Trinidad

4.2. El Yo, el Tú y el Creador, Redimidor y Santificador del hombre

4.3. Historia de la Trinidad

La palabra “Trinidad” no aparece en la Biblia, y aunque la usó Tertuliano en la última década del siglo II, formalmente no se discutió como doctrina hasta el siglo IV. Sin embargo, es la doctrina de más distinción en la fe cristiana que abarca todo lo demás. Ella hace afirmaciones tales como que no hay sino un solo Dios, que cada una de las tres personas, Padre, Hijo y Espíritu Santo, es Dios, y que tanto el Padre, como el Hijo y el Espíritu Santo son personas claramente diferenciadas. Si bien no es una palabra que aparezca en la Biblia, se puede ver que su contenido está apegada a la revelación de Dios implícitamente en el Antiguo Testamento y explícitamente en el Nuevo Testamento. Por tanto, la trinidad consiste en la existencia de un YO que puede referirse y dirigirse a un TÚ y ambos pueden referirse a un ÉL. Esto le vemos plasmado en Mateo 3:16-17; Mateo 28:19, Juan 14:16-17; Juan 14:26; Juan 15:26; 1 de Corintios 12:4-6; 2 de Corintios 13:14 y 1 de Pedro 1:2. El Yo, el Tú y el Él, son a la vez el Creador, el Redimidor y el Santificador del hombre. Para expresar la verdad bíblica de que el Ser divino subsiste en tres personas usamos el vocablo Trinidad. La enseñanza Cristiana sobre la Trinidad no contradice en manera alguna la verdad fundamental del monoteísmo judío, puesto que el Nuevo Testamento no nos dice que hay tres dioses, sino tres personas en un solo Dios. Por tanto, esta doctrina puede descomponerse en las siguientes proposiciones que declararemos a continuación:

• La Escritura nos habla de tres personalidades distintas de Dios.

• Cada una de estas personas es divina, es decir, es Dios.

• Las tres personas, Padre, Hijo y Espíritu Santo, son solo uno y mismo Dios.

Los ataques a la Trinidad comenzaron desde el judaísmo, desde el gnosticismo y desde la filosofía platónica, pero tuvieron siempre, desde el principio, un fondo soteriológico. Es cierto que la palabra trinidad no aparece en la Biblia (como ya hemos visto). Pero no hace falta, porque la Biblia está llena de conceptos de trinidad y presenta en todas partes al trino Dios. La doctrina está sustentada por la evidencia bíblica. La Trinidad como doctrina alcanza su mayor desarrollo en los tiempos del Nuevo testamento. La enseñanza bíblica acerca de la Trinidad es, en más de un sentido un misterio. La confesión Cristiana histórica, fundamentada en el testimonio de las Sagradas Escrituras, es que Dios es uno en tres y tres en uno. La Trinidad es una enseñanza que caracteriza y distingue la fe Cristina. Es una doctrina de importancia vital porque tiene que ver directamente con quien es Dios y como actúa en el universo. Su importancia es tal, que ha sido considerado por muchos como "el dogma central de la Teología Cristiana”.



Objetivo 5.- Participar e investigar en la obra completa de Dios como Creador.



Su obra comprende:

5.1 El mundo invisible

5.2 El mundo visible

5.3 El acto creador en sí

5.4 Finalidad de la creación

5.5 ¿Creación o evolución?

Todo lo creado, absolutamente todo, fue hecho por la intervención divina tanto del Padre, como del Hijo, como del Espíritu Santo. Por Su voluntad el mundo visible, palpable, universo, planetas, reino mineral, vegetal y animal existen. Por Su voluntad aún el mundo invisible, es hecho, los ángeles, arcángeles, serafines y querubines, cielo e infierno, hogares celestiales y todo lo demás, con propósitos claros según su parecer. Aunque en el Antiguo Testamento no habla explícitamente de tres personas divinas, a la luz del Nuevo Testamento vemos que las tres personas intervienen conjuntamente en la obra total de la creación, pero con diferentes matices, ya esbozados en el Antiguo Testamento. Así, la creación es obra del Padre Génesis 1:1, por medio del Hijo, Proverbios 8:22-31; Juan 1:3; 1 de Corintios 8:6; Colosenses 1:15-17 y Hebreos 1:2-3, en el aliento amoroso del Espíritu, que se posaba sobre el abismo como un águila se posa sobre el nido para incubar, y después animar sus aguiluchos a volar Deuteronomio 32:11. Una vez revelado el misterio de la Trinidad, es claro que las tres personas han de obrar en común, por tener en común, por decirlo así, todo el “instrumental”, Juan 5:19. Así creó Dios todo el mundo visible y el invisible, incluyendo los ángeles. Por lo tanto, el fin de la creación es simplemente, que Dios decidió hacerlo para Su gloria, Isaías 43:7. Las Sagradas Escrituras no son un libro de Geología, de Paleontología ni de Biología. Es insensato pretender oponer la ciencia a la Biblia, como es insensato oponer la Filosofía a la fe. Aquí, como en la separación de lo temporal y de lo espiritual, hemos de dar al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios. En cuanto a la creación versus la evolución, como creyentes reconocemos que Génesis capítulo 1 al 11, es tan Palabra de Dios como el resto de la Escritura. Por tanto, los hechos que allí aparecen como históricos no pueden ser relegados a la categoría de leyendas. Además, Dios es el único Dios verdadero, autor de cuanto existe, no por emanación panteísta, sino por creación de la nada, de acuerdo a Génesis 1:1.

El panteísmo, el ocultismo, la teosofía y algunos filósofos antiguos y modernos, han mantenido que Dios creó el mundo por la necesidad de expansión de su ser o de su bondad. Pero la Biblia nos dice que Dios lo ha hecho todo por el deliberado designio de su voluntad, Efesios 1:11 y Apocalipsis 4:11 nos habla de ello. Puesto que no necesita de nada ni de nadie Job 22:2-3; Hechos 17:25. La creación tuvo lugar en el tiempo. Dios obra siempre desde su propio Ser, que es eterno; por tanto, el acto de crear tiene su principio en la eternidad de Dios, que abarca y rebasa todo tiempo. Que el mundo fue creado en el tiempo o, con el tiempo más exactamente, significa que el mundo comenzó a ser, o sea, tuvo su primer instante. Esto nos da a entender que el mundo no ha existido siempre. Además, en la Escrituras encontramos claramente que Dios hizo para su gloria todo cuanto existe, Isaías 43:7; Proverbios 16:4; Isaías 48:11; Ezequiel 36:22; Romanos 9:17; Romanos 11:36; 1 de Corintios 15:28; Colosenses 1:16; Efesios 1:5-6; Efesios 1:12; Efesios 3:9-10; Apocalipsis 4:11.



Objetivo 6.- Participar e investigar sobre los planteamientos doctrinales de la iglesia en relación a la existencia y obra de Dios.



ASIGNACIÓN PERMANENTE:



• ¿Cuáles son los estatutos de fe, principios o normas en mi Iglesia, que hablan acerca de la importancia y existencia de Dios?

• ¿Qué afirman y qué niegan?

• ¿Cuál es el basamento bíblico de mi Iglesia acerca la creencia en un Dios Hacedor y Legislador de todo lo que existe?



BIBLIOGRAFÍA



Un Dios en tres personas. Autor: Francisco Lacueva, Editorial CLIE, Curso de Formación Teológica Evangélica. Tomo II.

Evidencias que exigen un veredicto, Autor: Josh Mc Dowell, Editorial Vida.

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